¿Qué pueden enseñar las Sagradas Escrituras sobre como ver a Dios en el sufrimiento?

¿Qué pueden enseñar las Sagradas Escrituras sobre como ver a Dios en el sufrimiento?

Es de amplio conocimiento la historia de un hombre justo, que sin tener culpa alguna, sufre todo tipo de tribulaciones, desde emocionales hasta las físicas, empezando por la pérdida de sus bienes, siguiendo con la pérdida de sus hijos, hasta él mismo enfermarse.

En tiempos de este hombre, e inclusive en tiempos de Jesús, y aún más, algunos en el 2020 se atreven a decir, que algunos sufrimientos en la vida, son un “castigo divino” por tal o cual mala acción que esa persona hizo. A Jesús por ejemplo, sobre un hombre ciego “Le preguntaron sus discípulos: Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que se haya nacido ciego?" Juan 9,2

Por lo cual, era de esperar que a este hombre justo, Job, le dijera, hasta los mismos “amigos” de que debía haber cometido alguna culpa grave, para que hubiese sido castigado de esa manera. Pero Job, contestando la verdad, manifiesta que de hecho él es consciente de no haber merecido tal castigo, inclusive, expone el bien que ha hecho durante su vida. Y Dios mismo le termina por decir a Job que no es culpable de nada, que el suyo es el sufrimiento de un inocente.

¿Cómo? ¿Los inocentes también sufren? Si, los inocentes también sufren. Si se ve desde esta perspectiva, el más justo de los justos, el mismo Jesucristo, sufrió sin merecerlo, en pago por los pecados de todos los hombres, muriendo en la cruz, además de todas los sufrimientos y humillaciones, desde la oración en el huerto, el juicio en el sanedrín, los azotes atado a una columna, la coronación de espinas, carga con la cruz a cuestas; y desde su tierna infancia, huir a Egipto porque lo querían matar. Y después de María, las personas que estuvieron en vida más cercanas a Dios, tampoco tuvieron una vida sin sufrimientos; ejemplo de esto, son las narraciones extra bíblicas de sobre la muerte de los apóstoles, si, aquellos seguidores más cercanos a Jesús, lo que vivieron con él, comieron con él, que sabían que era el Cristo, el Hijo de Dios, que lo vieron ascender a los cielos. Esos mismos, no tuvieron muertes muy “bonitas”.

El relato de como murieron los apóstoles, se puede encontrar en este enlace: http://es.catholic.net/op/articulos/712/cat/116/como-murieron-los-apostoles.html

O también en esta infografía:

Otros ejemplos más que se pueden encontrar en las Sagradas Escrituras sobre como los justos, los que son más cercanos a Dios, también experimentan el sufrimiento y no están exentos de ello solo por estar cerca Dios:

  • Desde el mismo Génesis, Abel es asesinado por su propio hermano Caín.
  • Moisés tiene que lidiar con las infidelidades del pueblo del éxodo
  • Elías es perseguido por el rey Jezabel
  • Los niños menores de 2 años son asesinados por orden de Herodes
  • Esteban siendo el primer mártir

Y entre estos y otros ejemplos, cabe preguntarse: ¿cómo se puede ver a Dios en estas situaciones? ¿Es ajeno Dios al sufrimiento de los hombres? No, no lo es.

En el Antiguo Testamento se puede ver como Dios no es indiferente al sufrimiento del ser humano:

Yahvé le dijo: He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para subirlo de eta tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel … Así pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto la opresión con que los egipcios los aflijenÉxodo 3,7-9

Y el versículo que se dice es el más corto de toda la Escritura: Jesús lloró Juan 11,35. En relación al ver a su amigo Lázaro ya en la tumba, y por el dolor que le provocaba ver la muerte de su amigo, ver el sufrimiento pero también la fe de sus hermanas, es que obra el gran milagro de volverlo a la vida.

Y Dios no solo ve el sufrimiento de los hombres, sino que lo comparte: “Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; era forastero, y o me acogieron: estaba desnudo, y no me vistieron: enfermo y en la cárcel, y no me visitaron. Entonces dirán también estos: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos? Y él entonces les responderá: En verdad les digo que cuando dejaron de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejaron de hacerlo”. Mateo 25,42-45

El hombre sufre, y Dios sufre con el hombre y junto al hombre, así como sufrió junto con Marta y María por Lázaro

2 comentarios:

  1. Saludos compañero, me quedo con esta frase: "Y Dios no solo ve el sufrimiento de los hombres, sino que lo comparte" me caló en el corazón. Definitivamente del sufrimiento crecemos, del sufrimiento también cumplimos la voluntad de Dios, del sufrimiento podemos extraer tantas cosas para nuestra vida.

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    1. Hola compañero Adrián

      Dios en definitiva no quiere nuestro sufrimiento, pero lo permite, porque de el sufrimiento puede sacar cosas muy valiosas, como se verá más adelante

      Gracias!

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